
El jesuita español Armando Llorente fue profesor del joven Castro durante su estancia en el Colegio de Belén ,en este lugar se formaría una amistad que marcaría para siempre al joven estudiante. El sacerdote español – específicamente de León – devino en mentor y amigo íntimo de Fidel, un muchacho que hasta entonces era retraído y no se sentía querido por nadie , en palabras del sacerdote leonés. Castro es fruto de la relación extramatrimonial que su padre, Ángel Castro , mantuvo con Lina Ruz, quien entró a trabajar en la casa de éste como sirvienta en los primeros años de la década de 1920. Una condición, la de hijo ilegítimo, que lo convirtió en muchacho distinto. Según el cura, el joven Fidel Castro estudiaba y leía con predilección libros sobre los conquistadores y escritos de los líderes del nazismo y el fascismo, como Hitler, Mussolini y José Antonio Primo de Rviera. En una entrevista a un diario español, Armando Llorente llegó a decir : “Conmigo cantó el Cara al Sol veinte mil veces y con el brazo en alto”. Según el cura, Fidel se “torció” en Sierra Maestra, desde donde se enfrentaba por segunda vez al presidente cubano Fulgencio Batista, al que finalmente derrocó en 1959. La última vez que el jesuita pudo ver a su antiguo pupilo fue en la misma guerra de guerrillas, en la Sierra Cubana. Ahí Fidel le confesaría que había perdido la fe a lo que el cura le respondió: “Fidel, una cosa es perder la fe y la otra la dignidad”. El padre Llorente interpeló al guerrillero Castro, preguntándole específicamente si la revolución en marcha era de carácter comunista o humanista a lo que Castro le respondió : “Padre, de dónde voy a sacar el comunismo si mi padre es más franquista que usted!”.
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